El dolor no es el enemigo

A veces confundimos sanar el dolor con luchar contra él. Entonces establecemos con él una relación de conflicto y rechazo que nos trae más conflicto, más rechazo y más dolor. El aprendizaje pendiente es que el dolor no está en nuestra contra. Es una parte asustada o resentida que quiere ser amada, incluida y comprendida.

Leer más >

Cómo gestionar tus emociones

No es lo mismo sentir emociones desagradables que sufrir. Podemos sentir miedo, ira y tristeza sin perturbarnos por ello. El sufrimiento llega cuando luchamos contra esas emociones, negándonos a sentir lo que estamos sintiendo.

Leer más >

Trascender del sufrimiento

El sufrimiento no es un enemigo que destruir. Es una señal de alarma que nos alerta de los cambios que hemos de realizar para relacionarnos de manera más eficiente y pacífica con la realidad.

Leer más >

La aceptación nos libera del sufrimiento.

Aceptar no significa aprobar algo ni estar de acuerdo con ello. Significa no perturbarnos por ello. Es por eso que la aceptación es la llave para salir de todo sufrimiento. De hecho, lo único que nos hace sufrir es lo que no somos capaces de aceptar.

Leer más >

Nuestra relación con la realidad

Lo que sentimos no es el resultado directo de lo que sucede por fuera, sino de la manera en la que nosotros nos relacionamos con ello. Es por eso que otros seres humanos en nuestras mismas circunstancias generarían emociones radicalmente distintas.

Leer más >

No somos nuestros pensamientos

En la medida en la que vamos desidentificándonos de nuestra mente y nuestros pensamientos, vamos encontrando dentro de nosotros mismos ese espacio de libertad, paz y abundancia que tanto anhelamos.

Leer más >

Tu personalidad no es inamovible

No somos lo que pensamos que somos. No somos la manera en la que hemos aprendido a mirarnos. Es más, las creencias que mantenemos acerca de nosotros mismos a menudo nos limitan y bloquean nuestra felicidad.

Leer más >

El arte de saber perdonar

Quien condena, se condena. Quien perdona, se libera. No perdonamos para liberar al otro, sino para dejar de perturbarnos nosotros. De hecho, si no hubiéramos condenado, no tendríamos necesidad de perdonar.

Leer más >

Deshacernos de la envidia

Hemos sido condicionados para determinar nuestro valor como personas a través de la comparación y la competición. La envidia no es más que el resultado de dicho condicionamiento. ¿Cómo deshacernos de ella entonces?

Leer más >